La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo de los negocios y el cumplimiento normativo no es una excepción. Según una encuesta realizada por la consultora EY a más de 600 profesionales del sector en España, el 45% de ellos afirma que la IA ya tiene impacto en su trabajo y el 36% espera que lo tenga en los próximos tres años.
¿Qué beneficios aporta la IA al compliance? Entre los más destacados se encuentran la automatización de procesos, la mejora de la eficiencia, la reducción de costes, la detección de riesgos y la generación de insights. La IA permite analizar grandes volúmenes de datos, identificar patrones, anomalías y correlaciones, y ofrecer soluciones personalizadas y adaptadas al contexto.
Sin embargo, la IA también plantea nuevos desafíos y riesgos para el compliance. Entre ellos se encuentran la protección de datos, la seguridad cibernética, la transparencia, la explicabilidad, la responsabilidad, la ética y la confianza. Estos aspectos requieren una regulación adecuada, una supervisión constante y una formación continua de los profesionales del sector.
En este sentido, el rol del compliance officer es clave para garantizar que el uso de la IA se ajuste a los principios y normas vigentes, así como a los valores y la cultura de la organización. El compliance officer debe estar al día de las innovaciones tecnológicas, conocer sus implicaciones legales y éticas, y desarrollar las competencias necesarias para gestionarlas con eficacia.
La IA es una oportunidad para el compliance, pero también un reto. Por ello, es fundamental que los compliance officers se preparen para afrontar los cambios que se avecinan y aprovechar las ventajas que ofrece esta tecnología disruptiva.